Benedicto XIII, Siervo de Dios

Benedicto XIII

Siervo de Dios

Con este apartado dedicado a la figura de Benedicto XIII queremos o al menos deseamos se haga justicia a un hombresin el cuál es posible que no existiese esta Orden Seglar, alguien a quien podemos considerar nuestro fundador, y que no es otro que S.S. Benedicto XIII, quien perteneciendo a la Orden de Predicadores mostró a lo largo de su vida ser un profundo devoto y amante de la liturgia, un devoto de los Dolores de la Santísima de la Virgen,  un hombre que busco siempre la defensa de la justicia , el Papa reformador, el Papa de la sobriedad y de la rectitud moral.

Por ello es por lo que recabando información de nuestros archivos, y de diferentes publicaciones os dejo una breve reseña que nos permite conocer y profundizar más en la vida de nuestro “fundador”, el Siervo de Dios, Pietro Francesco Orsini, Benedicto XIII, el cual debe ser ejemplo para todos los hemos sido llamados a ser Hijos de Dios.

Pietro Francesco Orsini, nacido enGravina, Reino de Nápoles, actual Italia, el 2 de febrero de  1649, era el hijo primogénito de Fernando III Orsini, Duque de Gravina in Puglia (Benedicto, pertecia a la familia Orsini de Roma y fue el tercero y último de los Orsini en ocupar el Solio Pontificio), y de su esposa Giovanna Frangipane della Tolfa del Tufo, de la casa ducal de Grumo. A los nueve años y por fallecimiento de su padre, heredó los títulos de Duque de Gravina, Príncipe de Solofra, Príncipe de Vallata, Conde de Muro Lucano y patricio de Nápoles.

En 1667, en Venecia, y contra la voluntad de su familia que en vano había apelado al papa Clemente IX,  ingresó a sus 16 años de edad en el noviciado de la Orden de Predicadores (Dominicos), a la cual pertenecieron con anterioridad San Pedro de Verona, quien ayudara a finales del siglo XIII a San Felipe Benizio a que se mantuviese viva nuestro de los Siervos de María, San Pío V ó también el Beato Benedicto XI, en honor al cual tomara su nombre, además de Santos como Santo Tomás de Aquino, Santa Rosa de Lima, el español San Vicente Ferrer, o la co-patrona de Europa Santa Catalina de Siena, Doctora de la Iglesia. Profesó el 13 de febrero de 1668, sustituyendo su nombre de bautismo por el de Vincenzo Maria. Se graduó en filosofía y teología en las universidades de Nápoles, Bolonia y Venecia.

El 24 de febrero de 1671 fue ordenado sacerdote por el Papa Clemente X iniciando una fulgurante carrera en el seno de la Iglesia.

El 22 de febrero de 1672 este mismo papa lo creó cardenal del título de S. Sisto, lo cual aceptó sólo por la insistencia del Maestro de su Orden y del mismo Pontífice Clemente X. Tres años después lo consagró Arzobispo deManfredonia. En 1680 fue nombrado obispo de Cesena, manteniendo al grado de Arzobispo ad personam. En 1686 fue trasladado a la sede metropolitana de Benevento, arzobispado que retuvo hasta su muerte a pesar de haber sido elegido sucesivamente Cardenal-Obispo de Frascati (1701), Cardenal-Obispo de Porto-Santa Rufina (1715) y Papa. Debido a su prolongado cardenalato, tomó parte en los cónclaves de 1689 (elección de Alejandro VIII), 1691 ( elección de Inocencio XII), 1700 (elección de Clemente XI), 1721 (elección de Inocencio XIII) y 1.724, resultando elegido sumo pontífice en éste último.

Muerto Inocencio XIII, el 20 de marzo de 1724 se iniciaba el Conclave, participando en él cincuenta y tres de los sesenta y seis cardenales que contaba el Sacro Colegio. Entre los electores estaba el arzobispo de Benevento. El 29 de mayo, tras dos meses de cónclave y habiendo obtenido los votos necesarios, el cardenal Vincenzo Maria Orsini se convertía en el nuevo Papa. En un principio rehusó la elección, de modo que los cardenales tuvieron que hacer entrar en el cónclave al maestro general de los dominicos para convencerlo de aceptar la tiara, lo cual hizo bajo santa obediencia.

Manifestó tomar el nombre de Benedicto en honor del Papa Benedicto XI, un fraile dominico como él. Pero quiso el nombre de Benedicto XIV por respeto al aragonés don Pedro de Luna (El Papa Luna), pero fue disuadido de ello por los cardenales italianos, fieles a la vieja tradición de reconocimiento de la obediencia urbaniana de la Curia Romana (que, por consiguiente considera antipapas a los pontífices de la aviñonesa). Fue así como hubo un segundo Benedicto XIII.Puedes ver su escudo a la izquierda de este párrafo.

Cinco días después fue coronado por el Cardenal Benedetto Pamphili, protodiácono de S. Maria in Via Lata, que años más tardes sería Benedicto XIV.

Destacó por su preocupación por las necesidades del pueblo, reparando iglesias, construyendo hospitales y empeñándose en aliviar los sufrimientos de los pobres. Se preocupó especialmente por reforzar la disciplina eclesiástica, por promover el culto de los santos, y por una intensa actividad pastoral y litúrgica.

En 1709 fue aclamado miembro de la Academia de la Arcadia con el nombre de Teofilo Samio.

Durante su pontificado se opuso tenazmente al jansenismo, que condenó mediante la nueva bula Unigenitus (1726), homónima y en idéntico sentido de la promulgada por Clemente XI en 1713. Con todo, el mayor problema lo tuvo con el movimiento de los «católicos viejos»: desautorizó (1725) la consagración de su fundador, Cornelius Steenhoven, como arzobispo de Utrecht, lo que provocó un cisma dentro de la Iglesia que aún persiste.

Estableció la Congregación de Seminarios (1725) para regular y uniformizar los estudios eclesiásticos. En 1728 publicó en tres volúmenes diversos escritos pastorales, y este mismo año, a instancias del concilio de la provincia eclesiástica Tarraconense, accedió por primera vez a que se pudiera trabajar en determinadas fiestas consideradas «de precepto».

Benedicto XIII descuidó la administración de la curia romana. Fiel a la regla de la Orden de Predicadores, llevó una vida austera y de moral extrema, un ejemplo: quitó la lotería de Roma, pero no se abstuvo de repartir profusamente beneficios y prebendas y se despreocupó de las actividades de sus subordinados. Lo cierto es que a su muerte la tesorería papal estaba exhausta. De él se dice que gustaba de almorzar huevos guisados según una receta personal, la cual en Italia, incluso hoy en día, es conocida como huevos benedictinos en honor de este papa.

Durante su pontificado inauguró la escalinata de la Plaza de España en Roma e instituyó la Universidad de Camerino.

Benedicto XIII canonizó en 1726 a San Peregrino Laziosi, a San Juan de la Cruz, a San Luis Gonzaga, que había sido el modelo de su juventud; a San Juan Nepomuceno, a San Gregorio VII, a San Estanislao de Kostka, a Francisco Solano y al mártir San Wenceslao. En 1728 canonizó igualmente a Margarita de Cortona e inicia la causa de Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla.

El papa Orsini era devotísimo y amante de la sagrada liturgia. No faltaba nunca a una función sacra, especialmente si se trataba del culto al Santísimo Sacramento, que, contrariamente a la costumbre de llevarlo arrodillado mientras era transportado por los sediarios, prefería hacerlo a pie con la máxima humildad. Era exacto en el cumplimiento de las rúbricas y con más de 80 años se mostraba infatigable en el desempeño de su oficio de liturgo. Solía decir que “un papa debería morir con el pluvial puesto”. La muerte casi lo sorprende de esta manera, pues saliendo de una ceremonia se sintió mal y, tras guardar sólo dos días de cama, murió el 21 de febrero de 1730, siendo sepultado en la cripta de la Basílica Vaticana el día 25.

De su enorme devoción a la Virgen Dolorosa que se encuentra en el Convento San Marcelo de Roma, Casa Generalicia de la Orden de los Siervos de María, Servitas, y su deseo de propagar está devoción lo máximo posible fue tal que de hecho fue el que hizo posible la entrada en la liturgia de la Iglesia Latina de la Festividad del antiguo Viernes de Dolores, hoy día Festividad, para la Orden, de Santa María al Pie de la Cruz, de la que los Siervos de María habían sido sus principales impulsores, y que extendió bajo su pontificado solo un mes y 9 días después de que se fundara, por petición expresa suya, esta V.O.T. de Cádiz.

Este santohombre puede considerarse sin lugar a dudas el fundador de esta Orden Seglar Servitas gaditana, pues mientras se construía la que sería la sede de esta Orden Seglar, la Parroquia de San Lorenzo, allá por el año 1.727, el Vice-Provincial de la Orden Capuchina de Andalucía, con sede en Cádiz, Fray Francisco de Jaén, para solucionar asuntos relacionados con su orden, viajó a la ciudad eterna y cuenta la leyenda, que ya fuera la casualidad o quizás el destino, el que quiso, que se encontrara en una calle de Roma con el Santo Padre, Benedicto XIII, que como era su costumbre iba a visitar el Convento de San Marcelo, sede de la Casa Generalicia de los Padres Siervos de María, donde oraba ante la imagen de la Dolorosa, pues era un ferviente devoto de los Dolores de la Santísima Virgen. Saludado con toda clase de reverencia como era preceptivo y entrando en conversación, supo el Papa su origen y por tanto de la obra que a su expensa estaba haciendo el Obispo Armengual, al fundar y construir una nueva Parroquia bajo la advocación de San Lorenzo Mártir. No dudó este Santo hombre en pedirle que se dirigiera al Padre General de los Frailes Servitas y solicitase de su parte, le extendiese  patente de erección, para fundar una V.O.T. en nuestra ciudad, además  de facultad para imponer el Santo Escapulario, todo ello, acompañado de una carta personal del Sumo Pontífice dirigida a D. Lorenzo explicándole sus deseos de propagar la devoción a la Stma. Virgen de los Dolores. Así el 13 de Marzo de 1.727 Fray Pedro María Pieri Senensis, Prior General de la Orden, expedía la patente solicitada para su fundación en la Parroquia de San Lorenzo de Cádiz. Toda esta historia puede contemplarse en una perfecta catequesis plástica que se reproduce en uno de los medios puntos que se sitúan en el coro alto de nuestra capilla, y que pueden visualizar en esta imagen, en donde S.S. Benedicto XIII, presencia como el Prior General de la Orden le entrega la patente de fundación y la regla de vida de la V.O.T. a Fray Francisco de Jaén. Pueden encontrar más fotos de este cuadro en el apartado Capilla de nuestra web.

Un dato curioso de la vinculación de SS. Benedicto XIII con la Orden de los Siervos de María, fue que bajo su pontificado se llevara a cabo la canonización de San Peregrino Laziosi, en el año 1.726, o más relacionado con el esta Fraternidad Seglar el hecho de que algunos de los Santos que se veneran en sus altares hayan sido canonizados bajo su pontificado, caso de San Juan Nepomuceno, que lo fuera el 17 de marzo de 1.729, siendo el primer santo en recibir martirio por guardar el Secreto de Confesión, o el propio San Peregrin. Otro dato anecdótico es el hecho de fuera coronada como Pontífice por el Cardenal Benedetto Pamphili (Año después Benedicto XIV), protodiácono de Santa María in Via Lata, iglesia ubicada justo enfrente de la Casa Generalicia de la Orden de los Siervos de María.

Tres años después de su fallecimiento, sus restos fueron trasladados a la capilla de San Domingo de la basílica de Santa Maria sopra Minerva, también en Roma, que después de la Casa Generalicia, que se encuentra en la Basílica de Santa Sabina, en donde cada año el Papa celebra la misa del miércoles de ceniza, siendo la primera de las misas estacionales de la Cuaresma, que según marca la tradición se celebra cada día en una iglesia de Roma, siendo el jueves santo en la Basílica de San Juan de Letrán y la Pascua en la Basílica de San Pedro del Vaticano, es la principal iglesia dominica de Roma.

Su familia hizo erigir un monumento fúnebre –obra de Pietro Bracci sobre diseño de Carlo Marchioni– tan suntuoso como humilde había sido aquel a quien estaba dedicado. En la fotografía de la derecha puede contemplar este monumento fúnebre que se encuentra en la Capilla de Santo Domingo.

Las profecías de San Malaquías se refieren a este papa como Miles in bello(El soldado en la guerra), cita que al parecer hace referencia que participó en el asedio de Aviñón.

A los a 270 años de su muerte,  el pasado año 2.010 se reactivaba la causa de beatificación del Papa Benedicto XIII, un proceso que fue abierto en Tortona en 1755, pero se estancó. Volvió a revivir en 1931, pero la consideración de la inmoralidad del cardenal Niccolo Coscia, su secretario, condenado a diez años de cárcel, inmediatamente después de la muerte del Pontífice, por abuso de poder, hizo que se cerrara en 1940. El 17 de enero de 2010 se reabría oficialmente la cauta de beatificación,según edicto emanado por el vicario general del Tribunal Diocesano del Vicariato de Roma, Cardenal Agostino Vallini. Esperemos poder congratularnos por la beatificación de esta humilde Siervo de Dios, que quedará siempre en la historia de esta Orden Seglar Servitas de Cádiz, como nuestro fundador.

Recientemente Mons. Angelo Amato, actual Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, pronunciaba la siguientes palabras sobre S.S Benedicto XIII, “No se pueden imputar al Papa Orsini, totalmente absorbido por su acción pastoral, eventuales culpas de sus colaboradores, en los cuales había puesto su confianza. Lo suyo no fue debilidad o falta de prudencia sino sólo preferencia primaria por su ministerio espiritual y por la santificación, tanto propia como de los sacerdotes y fieles. Un juicio sobre la persona y la obra de Benedicto XIII fue dado por el Cardenal Lambertini, futuro Benedicto XIV , hombre de gran cultura jurídica y teológica y gran conocedor de los santos: «No soportaba, salvo que estuviera forzado por necesidad, separarse de su amada grey y permanecer largo tiempo lejos de ella: lo que debe ser el principal cuidado del obispo (…). Visitar cada año una parte de la diócesis; edificar o restaurar iglesias magníficas; consagrar altares para la celebración de los sagrados misterios; establecer piadosas cofradías; fundar hospitales públicos y hospicios para enfermos; aliviar a los pobres, no sólo con las rentas eclesiásticas sino más frecuentemente con dinero propio; partir el pan delicioso de la palabra evangélica para las almas hambrientas; reunir tanto concilios provinciales como sínodos diocesanos; publicar las leyes surgidas en unos y otros; administrar él mismo los sacramentos de la confirmación; practicar las ceremonias de la Iglesia; ser asiduo en todos los oficios divinos y realizar sin nunca cansarse todas las funciones del sagrado ministerio; tal era su plan de vida, tal fue siempre su práctica. Por todo esto, finalmente, se distinguió tanto que pueden encontrarse pocos con los cuales compararlo, tal vez ninguno que haya igualado su gran piedad y celo en todo lo que respecta al culto y servicio divino»”.


Texto: Miguel Puerta Morales

Fuentes:

Archivo OSSM Cádiz

Infocatólica.com. Artículo del Padre Alberto Royo Mejías

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